18 de mayo de 2009

Cuando lo insignificante se transformó en una amenaza

¡Tengo miedo! Pero de estornudar… así es, ese acto tan sencillo en la cual medio mundo volteaba a verte y te respondía con un amistoso ¡Salud!, pues bien señores… ha acabado, ahora es un acto de terrorismo local, donde las miradas nos señalan, nos acusas y si no fuera por miedo a contagio, nos lincharían.


Pero, ¿realmente cambiaran los hábitos de higiene en la gente? Sin discriminar, en los sectores bajos-bajos - especifico por que los sectores altos, medio y bajo, con las constantes crisis se han subdividido, como ejemplo yo soy del sector bajo-alto – pues no he visto como que esto les haga mucho ruido, ¿será ya por su lamentable estilo de vida, que las bacterias y virus les hacen los mandados? ¿Tal vez ya han creado un sistema de defensas superior al resto de los mortales y en un futuro no muy lejano ellos sean los únicos en sobrevivir? ¿Ó tal vez ven mayor la posibilidad de morirse de hambre, por riesgos de trabajo, que por un mugroso virus que tal vez sea el coco de nuestro siglo?

Lo único que yo sé, es que mi gel desinfectante, mis pañuelos desechables, que ya formaban parte de mi bolsa Mary Poppins desde hace muchos ayeres, ya no son parte de mi kit básico de supervivencia citadina, ahora son vitales, indispensables, casi mi vida, ¡quítenme las tarjetas, llévense hasta mi paraguas, pero mi gel y mis kleenex se quedan!

Solo recordemos, hay cosas que son peores cuando se contagian: las malas mañas.

Hagan patria, sean buenos chilangos.

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1 Comentarios:

A la/s 12:12 p.m., Anonymous Walter Islas dijo...

Bien por tu comentario.

Mucha gente debería tener una mejor higiene personal, cubrirse la boca y la nariz al estornudar (con kleenex o con la parte interna del codo... ¡no con sus manecitas!), abstenerse de escupir sobre el asfalto o sobre las banquetas, y guardar (siempre que se pueda) una prudente distancia con respecto a otra persona en el supermercado, en la fila para comprar boletos de X cosas o Y servicios.

Ah, con higiene y normas básicas para una mejor convivencia y por el bien de la salud pública, podrían disminuir mucho los casos de muy diversos males... no sólo la neurótica descortesía por la cual, tienes razón, dejamos a veces de decir 'salud' a quien estornuda. No vaya siendo que nos contagie las malas mañas, y no sólo sus gérmenes.

Saludos

 

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